Existen muchas experiencias negativas en la vida que nos pueden volver cínicos. El cinismo es una trampa de Satanás. Muchos son los que caen en ella para nunca más salir. Un espíritu cínico y el Espíritu Santo no conviven bien en un mismo cuerpo. ¡Huyamos del cinismo!
Al estudiar lo que Jesús enseñó sobre las relaciones en el matrimonio, vemos que la ley de Cristo exige un corazón puro, un corazón fiel y único. La ley de Cristo nos revela que el matrimonio une a la pareja en una sola carne, y que esta unión queda firme mientras ambos vivan.
Tú, que puedes haber mirado la pornografía o que todavía la miras, ¿qué dices de ti mismo?
Una lista de diez muestras de una vida egoísta que indican un corazón carnal, y un desafío para elegir un llamamiento mejor y más alto por la gracia de Dios