Dios, o la sociedad: ¿a cuál escoger? No solamente son distintos; son opuestos. Es lógico que el verdadero cristiano no va a compartir los mismos valores ni tener los mismos intereses que abraza el mundo. ¿Cómo debemos responder?
Dentro del plan de Dios, la iglesia y el estado no son dos entidades que se pueden unir para los asuntos de los hombres. Hay entre ellos diferencias claras porque Dios así lo ha querido. Dios estableció al estado con principios civiles, pero fundó a la iglesia sobre principios espirituales.
En este artículo, examinaremos unos principios bíblicos y ejemplos que nos dan una guía clara con respecto al deber del cristiano hacia sus gobernantes.
¿Cuál es nuestro deber como seguidores de Jesús hacia las autoridades civiles? ¿Cuál debe ser nuestra actitud para con ellas? ¿Debemos en todo tiempo obedecerlas o existen casos en que necesitamos desobedecerlas? ¿A quién le debemos nuestra mayor lealtad?
Dios es un Dios de orden. Él ha establecido estructuras y sistemas para mantener el orden. Por lo tanto, sea en el hogar, en la iglesia, en nuestro sitio de trabajo, o en asuntos civiles, Dios tiene orden. Las autoridades civiles han sido establecidas por Dios, y el cristiano las respetará.