La veracidad y la historicidad de la Biblia han sido atacadas muchas veces. Pero la Biblia permanece aún después de tantos años, mientras sus acusadores han sido silenciados.
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Cada generación enfrenta ideas nuevas, y con el avance del tiempo, los cambios llegan más rápido. La ciencia y la religión proponen nuevas ideas, creando pensamientos confusos y preguntas sin contestar. La gran cantidad de creencias religiosas de hoy día en realidad son una repetición disfrazada: visiones de lo que se cree ser la verdad. ¿Se podrá tratar los asuntos espirituales y naturales con integridad? ¿Tendrán consecuencias nuestras creencias y hechos? ¿Qué es la verdad?
La Palabra de Dios por medio del profeta Jeremías contrasta con esta confusión: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6:16). Así que, en medio de los cambios modernos, los hijos de Dios deben discernir cuáles cosas se pueden cambiar y cuáles nunca cambian.
El estándar de la justicia de Dios nunca cambia. “Porque yo Jehová no cambio.” El Libro de la vida nunca cambia. “Tu palabra es verdad”. Los principios que gobiernan la vida de los que aceptan la salvación en Cristo Jesús nunca cambian. Tampoco cambiará la naturaleza humana ni la incredulidad en las palabras claras de Cristo en la Biblia. El hombre naturalmente se aparta de Dios.
El desafío es mantener la decisión de escoger lo correcto y lo que es provechoso en la vida justa del servicio cristiano. “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios” (Juan 7:17).
Cuando Jesús ascendió al cielo, prometió no dejarnos solos con estas decisiones morales. Él estableció un cuerpo de creyentes llamados “su cuerpo (…) la iglesia” (Colosenses 1:24). Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18). Cuando su cuerpo de creyentes es controlado por la Palabra de Dios, “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27), y el Espíritu Santo, tiene una guía segura para poder discernir la verdad en las “cosas necesarias” (Hechos 15:22-29) de la vida.
El gobernador romano de Palestina le preguntó a Jesús: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:38). Le preguntó esto en respuesta a la declaración de Jesús: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”.
¿Creemos las palabras de Jesús? Muchos que profesan ser cristianos creen que tienen que interpretar las enseñanzas de Cristo y añadirles ciertos elementos. Debemos humildemente reconocer que necesitamos comprender la verdad, estudiar objetivamente, y abrir nuestra mente a la revelación de Dios. Se llama exégesis la investigación para explicar el significado textual, comparando ciertas escrituras con otras. Si le añadimos nuestros propios pensamientos a la interpretación de los textos bíblicos, se llama eiségesis. Las Escrituras no fueron traídas “por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Ni tampoco podemos recibirlos según nuestro deseo personal. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios (…) porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
La veracidad y la historicidad de la Biblia han sido atacadas muchas veces. En el siglo XVIII hubo mucha crítica en contra de la Biblia, llamando un mito todo suceso que no se podía probar con evidencia secular. Pero la Biblia permanece aún después de tantos años, mientras sus acusadores han sido silenciados.
Dios lo ha hecho por medio del aumento de la ciencia de la arqueología en el principio del siglo XIX. Se hallaron inscripciones que confirmaron, por ejemplo, la existencia del rey Belsasar y el reino de los hititas. Después de salir de Egipto, los judíos entraron en Canaán aproximadamente en el año 1,450 a.C., y pronto después de entrar en Canaán se derrumbaron los muros de Jericó. Las ruinas de Jericó fueron excavadas y analizadas minuciosamente por John Garstang entre los años 1929 al 1936. Kathleen Kenyon, una escéptica, excavó en 1951 y puso en duda la fecha de Garstang. Bryant Wood, al final del siglo XX, reconfirmó los hallazgos de Garstang. El New York Times publicó un encabezamiento que rezaba: “The Believers Win One” (Los creyentes ganaron una). Este conflicto fue llamado “la segunda batalla de Jericó” y muestra los esfuerzos de los incrédulos en derribar las evidencias.
Un fundamento ético en los absolutos bíblicos es la base para el pensamiento constructivo en el mundo físico. Los avances en la ciencia en Europa en el siglo XVII se unieron a la Reforma del siglo anterior, movimiento que promovía el pensar independiente, objetivo y creativo. En esa época se lograron avances científicos significantes por científicos como Boyd, Newton, Halley, Hooke, Pasteur, y otros que descubrieron muchas de las leyes inconmovibles de Dios en la naturaleza.
Hoy día los educadores han aceptado lo paranormal, incluidas las prácticas ocultas mezcladas con lo espiritual. Sin tomar en cuenta a Dios, tratan de avanzar de la teoría del relativismo de Einstein a un principio que une al reino natural con el espiritual. Las universidades enseñan cursos en cuanto a la teoría del caos, el espiritismo de la nueva era, y temas semejantes.
Los científicos cada vez más se aventuran a liberar la imaginación cuando se trata de lo desconocido, y hacer declaraciones atrevidas e irracionales. Cuando reinaba la ética cristiana, los científicos tenían cuidado de no hacer afirmaciones basadas en la falta de información.
En el año 2007 leí un titular de un periódico
que rezaba: “Dentro de diez años pudiera ser que hallemos vida en el espacio”. Inmediatamente, me pregunté qué los llevaría a hacer esta declaración, y compré el periódico para darme cuenta. Lo tomé con ciertas dudas, por supuesto, por los muchos engaños que se han visto empleados para “probar” la evolución.
Estos engaños, junto con otros, poco a poco crearon la impresión de que la evolución es una verdad. Por esto me pregunté qué habían encontrado los científicos en el espacio para llegar a semejante conclusión de que habría vida allí. Solo la idea de comunicarse con seres extraterrestres, sin hablar de intentar viajar por miles de años de luz para ponerse en contacto con ellos, es irracional. El periodista dijo que los astrónomos habían concluido que algunas estrellas bambolean. ¡Esto les indicaba que tenían planetas que giraban en torno a ellas y que en estos planetas pudiera haber vida! Casi no pude creer que alguien tuviera una fe tan ciega. Tenemos muchos planetas en nuestro sistema solar, y la combinación de los detalles necesarios para la vida son muchos y complejos.
En el 2015, una revista creacionista explicó por qué era incorrecta esta afirmación que había vida en otros planetas. Los dos planetas que los astrónomos habían creído descubrir habían sido llamados Gliese 581d y Gliese 581g. Los científicos estaban seguros de que estaban a una distancia correcta de la estrella para poder contener agua líquida, y ¡si había agua líquida, pudiera haber vida! Un astrónomo dijo: “La probabilidad de hallar vida en este planeta es del 100 por ciento. Casi no tengo duda de ello.”
Sin embargo, un año después, los astrónomos decidieron que al fin de cuentas no había planetas allí. El bamboleo supuestamente producido por los planetas, venía de las estrellas mismas. Este es otro ejemplo de cómo las predisposiciones del ser humano lo hacen ver lo que desea. La lección es, no creas las aseveraciones sensacionales y “conclusivas” de los evolucionistas.
Todos tenemos predisposición en ciertos asuntos. Allí encontramos que solo la Tierra fue creada y puesta en su lugar exacto para poder albergar vida. Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? (…) Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres (1 Corintios 1:19-20, 25).
La Biblia (La Palabra de Dios)
Tells, Tombs, and Treasure (Yacimientos arqueológicos, tumbas y tesoro) por Robert T. Boyd.
Scopes: Creation on Trial (Scopes: La creación enjuiciada) por R.M. Cornelius y John D. Morris.
Answers Magazine, (Revista de respuestas) enero-marzo, 2015, “Not so Sure After All” (No tan seguros a fin de cuentas).
De: Una mano amiga