Enseñemos al niño a respetar

¿Dónde se halla la verdadera solución a los problemas de violencia, en las escuelas, la falta de respeto hacia la autoridad? Cuando los padres, la iglesia y las escuelas trabajan en unidad, se les puede enseñar a los niños a respetar la autoridad y respetar los derechos de otros.

Hace unos años, la legislatura de Luisiana aprobó la que fue conocida como la “ley de respeto”, la cual requería que los estudiantes se dirigieran a sus profesores con los vocativos “señor” o “señora”. Los que proponían esta nueva ley esperaban que el efecto se difundiera por todo el estado. En los siguientes años, ellos esperaban que la ley se extendiera a los estudiantes de secundaria.

Sin embargo, los legisladores de Luisiana se sorprendieron por la ridiculización y la oposición que enfrentaron desde que aprobaron la ley. Un senador del estado quien financió el proyecto veía la ley como un mensaje positivo y simbólico. Él sostenía que los buenos modales en el aula ayudan a forjar los valores que se han perdido.

La ley de Luisiana llegó a ser noticia nacional, y los legisladores que la aprobaron recibieron las burlas de muchas personas. Obviamente, dicha ley no tuvo eco en los lugares no pertenecientes al sur del país donde las expresiones de respeto eran la norma.

Una encuesta más reciente hecha a profesores veteranos, la mayoría con más de diez años en el aula, sacó a luz el deterioro del respeto y la moral entre estudiantes. El ochenta y uno por ciento de estos profesores dice que los estudiantes de hoy día muestran menos respeto hacia la autoridad que los alumnos con quienes iniciaron. El setenta y tres por ciento asegura que los estudiantes hoy son menos éticos o morales, y el sesenta y cinco por ciento considera que los estudiantes hoy son menos responsables que la generación pasada.

Algunos han pensado que la ley de respeto fue un intento de buscar un remedio fácil a la crisis moral de la juventud de hoy. Un escritor comenta que los “símbolos” no pueden corregir los problemas más profundos. Un vocero del Foro Libertad indica que la ley “únicamente puede ser útil como parte de un esfuerzo mayor y fundamental para enseñarles a los niños lo que significa ser buenos ciudadanos y buenas personas”.

Otros, siguiendo una línea similar de pensamiento, han creído que con reinstaurar la oración y la lectura bíblica en las escuelas públicas o con publicar los diez mandamientos en lugares públicos volverían valores cristianos y morales más altos al país.

¿Qué nos enseña la Biblia sobre el uso de símbolos y la realidad que estos representan? ¿Será que reinstaurar los símbolos recupere los valores que se han perdido?

La Biblia enseña el valor tanto de los símbolos como de las verdades que respaldan los símbolos. Los unos no pueden separarse de los otros. Por ejemplo, considera lo que la Biblia enseña sobre los símbolos del pan y la copa en el servicio de la Cena del Señor. La Biblia manda que la iglesia observe la comunión junto con su simbolismo. Jesús declaró: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí” (1 Corintios 11:25). Sin embargo, Jesús continuó hablando de lo que tiene que suceder en el corazón junto con el acto de la comunión. “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (11:28-29).

La Biblia resalta la necesidad de un cambio en nuestro corazón. Lo que está dentro de nuestro corazón finalmente sale a la luz. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias (…) Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7:21-23). La falta de respeto en el habla y las acciones muestra una falta de respeto en el corazón.

¿Dónde se halla la verdadera solución a los problemas de violencia y otros crímenes en las escuelas, la falta de respeto hacia la autoridad y la inmoralidad entre los jóvenes? Los padres y las iglesias deben inculcarles a los jóvenes los principios de la Biblia, la Palabra de Dios. Cuando los padres, la iglesia y las escuelas trabajan en unidad, se les puede enseñar a los niños pequeños a respetar la autoridad, respetar los derechos de otros y ser corteses con todos. Para que estos valores continúen en las vidas de los jóvenes y adultos, se necesitan corazones cambiados y controlados por Jesucristo.

¿Cómo podemos criar niños en esta sociedad secular y pecaminosa donde los valores cristianos son abiertamente ridiculizados? Los padres tendrán que ser valientes para salir de la sociedad secular, rechazando sus valores materialistas, anti-Dios y antimorales. A la vez, sabemos que con Dios todo es posible. La Biblia dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Además, la Biblia le promete al padre piadoso: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).

Necesitarás someter tu vida y la crianza de tus hijos al control de Jesucristo y la dirección de la Biblia. Necesitarás el ánimo y el apoyo de una iglesia cristiana fiel que cree en la Biblia y la obedece. Ten ánimo, no estás solo. Espero que Dios te dé la fuerza y la sabiduría para escoger el camino correcto.

De: Una mano amiga

细节
语言
Español
作者
Roger Berry
出版社
Maná Digital
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