La simulación llega a ser la norma (reprobar la prueba de la lógica)

Cuando un pueblo desprecia la verdad, cada opción alterna parece igualmente válida. La verdad despreciada es substituida por lo que es contrario a la naturaleza. Quisiéramos describir dos ejemplos de este fenómeno moderno de sustituir un simulacro por la verdad.

Se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios (Romanos 1:21-22).

Ninguna cultura sobrevive en un vacío. Cuando un pueblo desprecia la verdad, cada opción alterna parece igualmente válida. La verdad despreciada es substituida por lo que es contrario a la naturaleza. Es a menudo costoso e inoportuno, y ha sido mortal para multitudes. Sustituye la satisfacción de los sentimientos, emociones, y deseos, sin tomar en cuenta los hechos. La verdad ahora es inútil para los que la rechazan. Quisiéramos describir dos ejemplos, de entre varios, de este fenómeno moderno de sustituir un simulacro por la verdad.

La simulación de igual derecho legal para parejas del mismo sexo

En un clima de decadencia moral como el de hoy en día, no debe sorprendernos que el hecho de que no se puede clasificar nada como moralmente malo resulte en cierta confusión. Pero aun así, lo que sucede falla la prueba básica de la lógica.

Supongamos que dos agricultores vecinos siembren diez hectáreas de maíz. El primero trabaja conforme a las leyes biológicas de la naturaleza. Siembra buena semilla; cultiva y cosecha tomando en cuenta las leyes establecidas de la naturaleza. Quizás su rendimiento es de 13.000 kilogramos por hectárea. Él, junto con muchos otros, de esta forma proveen al mundo de alimento. Hay momentos, por sucesos fuera de su control, en que se baja la producción. Tal vez sea por una sequía, o una tormenta que arruina su cosecha. Aún en estas condiciones, se considera agricultor.

El segundo agricultor tiene las mismas ventajas que el primero, pero trabaja en contra de la naturaleza. No recibe ninguna cosecha, y su único deseo es imitar los logros del primero. Al desafiar las leyes de la naturaleza, no provee a nadie, ni a sí mismo de nada. Sin embargo, se cree ser agricultor y proclama su igualdad con los demás agricultores. Él aun pudiera esperar que el primer agricultor comparta su cosecha con él para disimular la esterilidad de su propio campo.

Sí, hay paralelos entre la agricultura y el matrimonio. Si se eligiera la moralidad bíblica en el matrimonio, incluyendo la abstinencia antes del mismo, las cosas mejorarían en la sociedad. En este escenario, quizás no todos se casarían, pero la moralidad bíblica sería común. Tal concepto del matrimonio y la moralidad revertería nuestras estadísticas extremamente negativas: los niños nacidos fuera del matrimonio, la gran carga al sistema de asistencia social y el sistema deficiente de justicia penal.

Sin embargo, si todos adoptaran el concepto del agricultor sin producción, pronto habría muchas muertes a causa de la hambruna. De la misma manera, si las uniones del mismo sexo cualificaran como un matrimonio y las personas cambiaran a este tipo de relaciones, las salas de maternidad pronto cerrarían sus puertas. Dentro de varias décadas, la población entera sería adulta. Así el matrimonio del mismo sexo quedaría sin futuro.

Además, el concepto de que debemos permitir a la gente hacer lo que desea es una idea lógicamente fallida en sí misma. Lamentablemente, las autoridades parecen estar perdiendo la lógica y la habilidad de discernir entre el bien y el mal. Así fallan la prueba básica para el futuro del bien de la civilización.

Entonces, a pesar de los fallos de los tribunales, el matrimonio del mismo sexo no es viable. Este ayuntamiento entre dos hombres o dos mujeres no tiene nada en común con la indispensable institución que la Biblia llama matrimonio. En efecto, el litigio no tiene nada que ver con el matrimonio. Busca la aceptación y la validación de la homosexualidad, en lugar de la censura anterior. Sin lugar a duda, cuando las puertas se abren al matrimonio del mismo sexo, siempre hay una oleada de parejas homosexuales que desean casarse. Es su forma de celebrar la victoria de sus derechos y tal vez aún desquitarse con la oposición. A largo plazo, es dudable que muchos homosexuales se casen. Ahora que se ha legalizado el matrimonio homosexual a nivel nacional, la agenda homosexual mayormente se ha completado. Los únicos incentivos para el matrimonio homosexual serían ciertos beneficios legales que reciben los que contraen matrimonio y el hacer callar a los que no están de acuerdo.

Adicionalmente, el matrimonio gay no está arraigado en el amor. El matrimonio gay ha aparecido en el momento en que la cultura occidental se ha empeñado en repudiar la idea de que el matrimonio tiene que ver con el amor. La manera en que el amor es representado por Hollywood, y el entretenimiento occidental, revela la ostentación del soltero desenfrenado como un reemplazo superior para el amor matrimonial. Los que esperan que el amor dure aún semi-permanentemente, comúnmente viven en unión libre sin certificado de matrimonio. Finalmente, los artistas de Hollywood que se unen en matrimonio, fácilmente, y aun orgullosamente, continúan en una serie de matrimonios. Suponen que para experimentar la vida íntima satisfactoria es necesario cambiar frecuentemente de compañero. Obviamente el matrimonio homosexual no tiene nada que ver con abstenerse de actividad sexual hasta haber obtenido un certificado de matrimonio legal.

La homosexualidad permeó la cultura griega y al imperio romano como un cáncer. El emperador Nerón sobrepasó a sus contemporáneos homosexuales cuando esterilizó a un muchacho y después se casó con él. ¿Podrá lo mismo suceder hoy en día?

¿Racismo?

En los EE.UU. el racismo ha llegado a ser un tema disputado desde la muerte de Michael Brown a manos de la policía en las calles de Ferguson, Missouri, en el año 2014. Fue obvio que personas que no observaron el suceso testificaron ante el jurado de acusación de cosas que no sucedieron. Un ejemplo es la afirmación que tenía sus manos arriba y decía: “¡No dispare!”

¿Será que los oficiales a veces reaccionan de forma incorrecta, o toman malas decisiones al desempeñar sus responsabilidades? Claro que sí. La injusticia es injusticia, no importa la raza de la víctima. La verdad es que hay muchos jóvenes de todos los grupos étnicos que nunca conocieron la seguridad y el amor provenientes de una familia completa. Ya que nunca han aprendido de la influencia positiva de un padre fiel, nadie más los puede corregir. Viven con un peso en la vida y un resentimiento en el corazón. Por esto se enciende en ellos fácilmente la chispa del motín.

Junto con esto, vemos el incremento de reclutas voluntarios para el Estado Islámico, y la continuación de los múltiples asesinatos masivos en los Estados Unidos.

Las personas no fueron creadas para hallar satisfacción en las tensiones raciales ni en hacer explotar teatros ni en viajar al otro lado del mundo para arriesgar su vida por una confuse causa radical. Esto no proviene del amor a la verdad, sino del supuesto derecho a manipular escenarios para que se conformen a nuestros deseos. Las personas exigen el derecho a ser atrevidos y valientes en una cultura desaseada que ha rechazado la verdad, integridad, y las relaciones honorables, y las ha cambiado por el amor libre y el entretenimiento constante.

La Biblia tiene una respuesta maravillosa para la inmoralidad y el racismo de nuestra cultura.

No hay un Dios de los blancos y otro de los negros, sino que hay un Dios que es sobre todos. Además, no hay ningún individuo ni nación que es intrínsecamente bueno. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

Por esta razón, cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas a Dios. No tiene que ver con la seriedad del pecado de otros; lo que nos roba la paz es la viga en nuestro propio ojo. Solo nuestra propia ceguera nos puede destruir. Por otra parte, si nos reconciliamos con Dios, también lo amaremos. Esto significará una extensión garantizada de amor, de misericordia, y de buena voluntad y paciencia para con toda persona de toda nación. La inmoralidad y el racismo realmente no tienen que ver con los demás. Ellos solamente son testimonio a la agitación, confusión, y falta de la verdad positiva y el propósito que Dios puede traer a nuestra vida.

El hombre fue creado para enfrentar desafíos. Por la falta de un desafío, muchos son arrastrados a la destrucción.

De: Una mano amiga

Detalhes
Idioma
Español
Autor
Lester Troyer
Editora
Maná Digital
Temas

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