La pornografía, una peste negra

¿Es posible librarnos de la peste negra de la pornografía? Sí, es posible vencer por la gracia de Dios. Al igual que en las ciudades de Europa que lograron prevenir la peste negra, el costo es alto. Pero ¿cuál vale más: ¿vencer y pasar la eternidad con Cristo, o ignorar el mal y perder el alma?

La pornografía, una peste negra

Corría el año 1347 en el mes de octubre, y una flota de 12 embarcaciones entró en el puerto italiano de Messina. La gente que esperaba estas embarcaciones se horrorizaron por lo que vieron. La mayoría de los marineros de los barcos estaba muerta. Los pocos sobrevivientes estaban cubiertos de llagas que supuraban infección y sangre. Las autoridades de la ciudad, al darse cuenta del hecho, de inmediato mandaron que todas las embarcaciones evacuaran el puerto. Sin embargo, ya era demasiado tarde; la pandemia se había extendido en la ciudad.

Después de estas, muchas embarcaciones que atracaban en los puertos a lo largo de todo el continente europeo no sólo llevaban cargamentos de mercancías, sino también la temerosa “peste negra”, conocida también como la peste bubónica.

Con el paso del tiempo, la peste negra se propagó a través de todo Europa, causando la muerte de millones de personas. La pandemia atacó sin acepción de personas, a los jóvenes y ancianos, y a los ricos y pobres. Fue una de las peores pandemias de toda la historia humana. No se sabe cuántas personas fallecieron debido a la peste, pero se cree que quizá hasta la mitad o aun más de la población de Europa murió.

Un italiano de aquella época escribió lo siguiente: “La ciudadanía no pudo ocuparse en nada más que cargar a los cadáveres a un sitio donde los enterraban… Cerca de las catedrales, cavaron hoyos profundos hasta casi llegar al nivel del agua. Así los que morían durante la noche, los envolvían rápidamente y los echaban en el hoyo. A la mañana siguiente cuando se habían acumulado más cadáveres, los cubrían con un poco de tierra y luego echaban más cadáveres encima. Luego echaban más tierra y seguían así hasta llenar el hoyo…” (History Today: The Black Death, the Greatest Catastrophe Ever).

La causa de la peste negra no se descubrió sino hasta finales del siglo 19. Resulta que los roedores, como las ratas, se infestaban de una bacteria que se llama Yersinia pestis. Luego las pulgas en las ratas, al chuparles la sangre, se infestaban de la bacteria y la transmitían a las personas. Y como aún no se habían descubierto los antibióticos para combatir la bacteria, la pandemia se propagaba libremente entre la población.

Una peste negra de hoy

Hoy día existe otra peste que está destruyendo a millones de personas en todo el mundo. Esta peste es perjuiciosa para la vida moral y espiritual de las personas. La pandemia ha destruido sin acepción a jóvenes, ancianos, pobres, y ricos; ha hecho caer hasta personas que se consideraban cristianos fuertes. Es la peste de la pornografía.

Existen muchas estadísticas alarmantes referentes a esta peste al igual que la peste negra de Europa. Unas encuestas que se hicieron en los Estados Unidos sobre los que ven pornografía dieron un resultado asombroso. Las encuestas revelaron que uno de cada tres hombres ve pornografía por lo menos una vez al mes. El estudio reveló que de las personas de las edades entre 13 a 24 años que no profesan la fe cristiana, el 72 por ciento ve pornografía con mucha frecuencia. Esta cifra quizá es de esperar, ya que se trata de la población que no profesa el cristianismo.

Sin embargo, el estudio también reveló que entre los que se dicen ser cristianos, el 41 por ciento de los hombres entre las edades de 13 a 24 años ve pornografía frecuentemente. Además, el 23 por ciento de los hombres que se dicen ser cristianos de los 25 años en adelante, frecuentemente ve pornografía. Estas cifras alarmantes revelan la realidad de que aun muchos cristianos han caído victimas de esta peste desastrosa. Lo alarmante de este problema no consiste solamente en el hecho de que tantos cristianos ven pornografía, sino también en su actitud respecto a esta práctica. Las estadísticas dicen que de cada cinco personas que ven pornografía, sólo uno siente alguna culpa o pena. No es de sorprendernos de que el mundo no vaya a sentir mayor pena, ¿verdad? Pero, ¿qué tal el cristiano? Según las estadísticas, entre los que se dicen ser cristianos y ven pornografía, sólo uno de cada tres siente pena o culpa por lo que hace.

Estas estadísticas alarmantes deben sacudirnos el corazón. No es como la peste negra que destruía sólo la vida física. La pornografía ataca la vida espiritual de las personas y deja consecuencias que tendrán que sufrir por toda la eternidad.

La Palabra de Dios advierte fuertemente en contra de las prácticas de inmoralidad de esta índole. Del joven que es seducido por la mujer adúltera dice: “No sabe que es contra su vida” (Proverbios 7:23). El contexto de este pasaje bien se aplica a la pornografía. ¿Cuántos jóvenes se encuentran atrapados en las garras mortales de este mal sin darse cuenta de que les costará la vida ahora, y después de la muerte, en la eternidad? ¿Cuántos llegarán al trono del juicio final para darse cuenta de la consecuencia mortal de este mal? El sabio de los Proverbios continúa diciendo: “Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte” (Proverbios 7:26-27).

Jesús, en el Sermón del Monte, también trata duramente este tema al hablar del adulterio. Él advierte en contra de tan sólo mirar a una mujer para codiciarla. Afirma que sería mejor sacar el ojo o cortar la mano y poder entrar en el cielo que estar físicamente sano y terminar en el infierno. Al tratar el tema de la codicia, Jesús se dirige a lo que más nos atrae con el fin de motivarnos a tomar decisiones sanas. “¿Quieres obtener la vida eterna? Pues, corta lo que te hace pecar.”

Probablemente, son pocas personas las que ignoran de que ver pornografía sea pecado. Pero ¿cómo puede vencerse este hábito? ¿Será en realidad posible vencerlo? El apóstol Pedro dice: “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (2 Pedro 1:3). Dios nos ha dado todo lo necesario para vencer lo malo. El apóstol Juan dice: “Porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). De hecho, una cosa es ofrecer estas promesas al que lucha, pero es otra cosa hacerlas una realidad en la vida. Probablemente, los cristianos que luchan con este problema conocen bien estos versículos. Pero, recordemos que la pornografía es una obra de la carne. Y las Escrituras dicen que “el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” (Gálatas 5:17).

Veamos a continuación unos consejos prácticos que nos pueden ayudar a vencer esta obra maligna de la carne.

Resistir hasta la sangre

El escritor a los hebreos dice: “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado” (Hebreos 12:4). Yo, hasta el día de hoy, no sé lo que es luchar contra el pecado al extremo que se haya derramado mi sangre. Sin embargo, este versículo muestra la intensidad con que debemos luchar contra el pecado. Dios espera que hagamos todo lo que está a nuestro alcance para combatir la tentación y vencerla. Esto implica una lucha larga y tenaz. Exige tiempos de ayunos y mucha oración, y una total transparencia respecto al problema. Al mismo tiempo, es necesario creer que Dios “no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).

Rendir cuentas

Para vencer la peste negra de la pornografía es necesario ser transparente con personas espirituales que te pueden ayudar. Establece un plan sistemático con algún hermano de la iglesia para rendirle cuentas de tu vida. Para esto, es importante buscar a hermanos maduros en la fe que puedan darte consejos sabios y en conformidad con el Espíritu Santo. No les ocultes nada.

Confiesa tu pecado cuando fallas y testifica de las veces en que vences la tentación. Ser transparente y específico en cuanto a tu problema exige mucha humildad, pero es un medio poderoso para ayudarte a progresar. Ser tardo y poco claro en cuanto a tus luchas, sólo te servirá de atraso para vencer.

Someterse a cuarentena

Muchas ciudades de Europa fueron afectadas por la peste negra. Pero había unas pocas que escaparon a la pandemia mortal. Las autoridades, como medida de prevención, sometieron a la ciudad entera a cuarentena. Mantenían un registro minucioso de todos los que entraban y salían de la ciudad. Exigían un pasaporte de salud para entrar en la ciudad. Establecían puestos de control en las puertas de la ciudad, en los puertos, y en los caminos. Por medio de un gran esfuerzo y medidas extremas lograron prevenir la pandemia.

Hoy, con la peste negra de la pornografía que nos amenaza, también se exigen grandes esfuerzos para librarnos de esta pandemia. Como cristianos, vivimos en el mundo, pero no somos del mundo. No podemos aislarnos completamente de toda la maldad de nuestro alrededor. Pero sí existen medidas que podemos tomar que nos pueden ayudar.

En el mundo de la medicina, los médicos recetan la amputación cuando al paciente le quedan solamente dos opciones: perder la vida, o perder el miembro del cuerpo. En el caso de la pornografía o cualquier otra obra de la carne, lo mismo puede llegar a ser necesario. Por ejemplo, si la tentación proviene de algún aparato electrónico, quizá te será necesario deshacerte de él, o integrar filtros apropiados para prevenir ser expuesto a esas tentaciones. A veces las medidas que se tienen que tomar salen costosas. Pero si te ayudan a librarte, vale la pena cualquier medida. No hay precio en este mundo que equivale a la salvación del alma.

Ayuno y oración

Dios escucha la oración del que clama a él en toda sinceridad y también nos manda hacer ayunos. Para algunos, el ayuno es una disciplina un tanto difícil físicamente, pero es un medio que Dios nos ha dado para hacerles frente a los impulsos de la carne y sujetarlos a la obediencia a él. La oración y el ayuno son elementos claves en lograr la victoria sobre el pecado.

Conclusión

¿Es posible librarnos de la peste negra de la pornografía? ¿Es posible vivir una vida santa en esta época de tecnología avanzada en que el mal se encuentra tan fácil a nuestro alcance, a la punta de nuestros dedos? Sí, es posible vencer por la gracia de Dios. Al igual que en las ciudades de Europa que lograron prevenir la peste negra, el costo es alto. Pero, ¿cuál vale más, ¿vencer y pasar la eternidad con Cristo o ignorar el mal y perder el alma en la perdición eterna? Que Dios nos dé la fuerza para vencer la peste negra de la pornografía.

Tomado de: La Antorcha de la Verdad (mayo - junio 2020)

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