¿Cuál es tu mayor prioridad?

Toda tu vida, incluso tu educación, debe entregarse a Jesucristo para gloria de él. Si el servicio y la gloria de Dios no son el centro y mayor prioridad en tu vida, vas rumbo al fracaso.

¡Planea hoy un futuro exitoso! ¡Invierte en tu futuro! ¡Te ofrecemos la mejor educación!

La valla expresaba con frases llamativas la meta principal del sistema educativo: el éxito.

Millones de jóvenes inician un nuevo año escolar. Uno se pregunta: “¿Qué pensamientos tienen estos jóvenes al entrar en el aula de clases?”

Quizá cada joven se pregunta: “¿Por qué estoy aquí?” “¿Qué tiene el futuro para mí? ¿En realidad me llevará al éxito todo este estudio? Cuando haya terminado la secundaria y la universidad, ¿conseguiré un empleo donde gane un buen salario?

Estudios realizados por psicólogos y encuestadores indican que muchas personas sencillamente desean un empleo que genere un buen salario, un hogar y una cuenta de ahorros. Es decir, buscan éxito y seguridad en el plano económico.

Sin embargo ¿es el éxito económico lo más importante en esta vida? ¿Debería el éxito ocupar el primer lugar en la lista de prioridades? ¿De verdad es el éxito económico lo que le da sentido a la vida?

Algunos creen que sí. Y creen que la educación puede resolver casi todos los problemas del mundo. La filosofía moderna dice que debemos educar a las personas y así la guerra, la pobreza, el odio y la avaricia desaparecerán.

Cuando yo estaba en la secundaria, hace muchos años, se consideraba que “no estabas en nada” si no ibas tras el máximo de educación posible. Al finalizar la secundaria, se daba por sentado que seguirías con la universidad. Hoy existe una cantidad enorme de personas con una excelente formación, y muchos con varios títulos. Ahora, ¿qué ha hecho toda esta educación para resolver nuestros problemas? ¿Se están resolviendo? ¡Por supuesto que no! La guerra, el crimen, la corrupción en el gobierno, la drogadicción y la inmoralidad no hacen otra cosa que aumentar. El mundo parece enrumbado hacia el caos, no hacia un mundo educado y alentador; un mundo de paz y armonía. La Biblia habla de un tiempo en el que las personas dirán: “Paz, paz; y no hay paz” (Jeremías 8:11).

Alguien se ha equivocado en cuanto a prioridades. Alguien ha perdido de vista los verdaderos valores de esta vida. La educación no ha sido la cura para nuestras deficiencias sociales.

Un exitoso empresario moría de cáncer. La fiebre alcanzaba niveles altísimos. La esposa del empresario se encontraba junto a él y con ternura le secaba el sudor de la frente Los clamores de dolor y desesperación del hombre resonaban por los largos pasillos del hospital.

El hombre había dedicado su vida a alcanzar una educación y una carrera exitosa. Descuidó a sus hijos y le fue infiel a su esposa durante años. Su dios era el dinero.

Ahora, su “éxito” había perdido toda importancia. La muerte lo miraba de frente. La vida ya no tenía nada que ofrecerle. Había fracasado. Muy tarde se dio cuenta de que su mayor prioridad estaba equivocada.

Había buscado la felicidad en lo incorrecto: el éxito económico no le traía paz mental. Había buscado el sentido real de la vida, pero no halló la clave para alcanzarlo.

La Biblia dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas (las necesidades de la vida y aun la felicidad) os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Dios debe ser el enfoque de nuestra búsqueda de felicidad y sabiduría verdadera. El éxito viene únicamente cuando servimos a Dios antes que cualquier ambición personal.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

Toda tu vida, incluso tu educación, debe entregarse a Jesucristo para gloria de él. Si el servicio y la gloria de Dios no son el centro y mayor prioridad en tu vida, vas rumbo al fracaso.

Todo tu aprendizaje debe centrarse en la Fuente del conocimiento verdadero. Toma tiempo para estudiar la Biblia y hallar el camino de Dios al éxito por medio de la sumisión a su Hijo Jesucristo. Ríndete a Cristo y considera cómo puedes prepararte mejor para la obra de Cristo y su reino. Aunque la educación puede ser de mucha ayuda, todo será en vano si Jesucristo no es el Señor y Salvador de tu vida.

Establece tus prioridades. Haz que Jesús sea lo primero en tu futuro. Nunca lo lamentarás.

¡Planea hoy un futuro exitoso!
¡Invierte en tu futuro!
¡Te ofrecemos la mejor educación!

De: Una mano amiga

Dettagli
Lingua
Español
Numero di Pagine
2
Autore
Roger Berry
Editore
Maná Digital
Argomenti

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