La pregunta que nadie ha podido contestar es esta: ¿Cuál es el propósito de impulsar la legitimidad de los propósitos homosexuales y levantar una institución alternativa al matrimonio que destruye la institución legítima para los niños, y que no logra ningún bien social ni humano?
Vivimos en un mundo de continuo odio y violencia. Aun algunos que profesan el cristianismo deciden emplear la fuerza y la violencia. Por lo tanto, ¿qué debe hacer el cristiano al que le preocupan la inmoralidad, la violencia, las clínicas de aborto, las drogas y el alcohol?
Hay un problema serio en las escuelas, el embarazo en la adolescencia. Este artículo discute
las razones a la raíz de este problema y pone la necesidad a los padres de involucrarse en
la enseñanza sexual a sus adolescentes.
Las relaciones sexuales antes del matrimonio. ¿No es gran cosa, verdad? ¿O será qué tal vez sí importa? Dios habla definitivamente en cuanto al tema; ¿qué dice?
Así como en una heladería donde se puede elegir entre tantos sabores de helados, hoy se ofrece una gran variedad de gustos y expresiones sexuales. Muchos menosprecian las limitaciones de la intimidad sexual en el matrimonio que Dios estableció; prefieren ser libres para experimentar a gusto.
¿Quiénes somos, desde el punto de vista de Dios? ¿Para que hizo los seres humanos? Dios nos creó y nos redimió, no primeramente por el gran valor que tenemos. El propósito principal y el enfoque primordial es la alabanza de nuestro gran Dios.
La cultura de la muerte es una en que la dignidad de la vida se ha perdido, y en que se ha rechazado al Dios que nos hizo . Esta cultura se ha tomado el derecho de decidir quién debe nacer y cuando debe morir. Este mal arremete contra los principios que el Creador estableció para sus criaturas.
Como seguidores de Cristo, tenemos el deber de guardarnos de los engaños y falsas ideologías. Debemos defender las verdades de Dios con cada oportunidad de testificar. Nuestro deber es amar a los que están engañados e invitarlos a la restauración en Cristo.
La Biblia es la Palabra de Dios, y es el estándar divino que nunca cambia aunque la nueva tolerancia siga creciendo. La tolerancia de Jesús en cuanto a los pecadores arrepentidos la acepta todo cristiano.
Pero el cristiano rechaza la nueva tolerancia que permite que el hombre sea su propio dios.