La evolución es una religión de muerte: defiende un proceso que requiere la muerte de multitudes de criaturas para que haya un desarrollo. Al contrario, la esperanza del cristiano radica en la destrucción de la muerte en el calvario. ¡Jesús es el ministro de la vida y de vida abundante!
La creación es el gran efecto del cual Dios es la causa. En su trato con el hombre, vez tras vez Dios hace referencia a su acto de creación para respaldar y autorizar sus palabras. Este Señor nos llama a prestarle oído.